La comunicación digital abre muchas posibilidades para acercarnos a nuestros clientes y para mostrarnos al mundo como queremos que nos vean. Podemos trabajar y moldear nuestra imagen y nuestros mensajes con el objetivo de optimizar el resultado de las ventas y generar confianza. En ese proceso si nos arropamos con los mejores profesionales de la creatividad, de la comunicación y de la tecnología podemos conseguir un producto en forma de campaña, catálogo o material comercial de la mejor calidad. Todo esto es importante para destacar en un mercado en el que la competencia es alta.
Pero tenemos que ser conscientes de que estas tácticas sirven, como tales, para el corto plazo, para buscar un resultado inmediato. En el largo recorrido es fundamental que los destinatarios de nuestra comunicación nos vean coherentes, íntegros y confiables. Para ello es necesario que esos trabajos tácticos se erijan sobre unas bases bien cimentadas de estrategia e identidad. Es necesario que ese diseño, esa construcción de relato o de mensaje puntual y esa imagen no provenga de una idealización de una mente creativa en un trabajo de laboratorio. Es necesario que surjan de un conocimiento de la empresa, de su cultura y de su identidad. Y eso no se consigue tan fácilmente.
Cualquiera puede seducir con un buen Cyrano detrás mientras mantenga la distancia o el parapeto. Cualquiera puede generar interés detrás de una máscara o con sus mejores galas. El problema surge cuando la relación avanza y es necesario el encuentro cara a cara y más aún cuando la convivencia es en el día a día. Por eso la comunicación coherente, la que genera esa confianza necesaria para que la relación con el cliente sea duradera, necesita un roce entre la empresa cliente y la de comunicación. Una complicidad y un ejercicio de conocimiento profundo.
Quizá el modelo de éxito que funciona en un caso no sea el adecuado para otro. La confianza con el cliente se genera a través de la autenticidad y de la coherencia, aunque eso nos lleve a la imperfección, o quizá gracias a ello, que nos hará más creíbles.