
Siempre me ha parecido que las
marcas no valoraban adecuadamente lo que supone
asociar una cara famosa a su imagen. Indudablemente tiene un primer efecto deseado de reclamo. Habría que preguntar a los psicólogos y sociólogos por qué nos atraen más las natillas por el hecho de que las coma un motorista, o los yogures porque un actor nos diga que le sientan bien. Especialmente cuando no se les supone especial dominio de la materia en cuestión. Que
Eva Longoria promocione
maquillajes puede tener un pase, pero que
Imanol Arias lo haga con
aparatos para la sordera, no lo veo. Pero parece un hecho incontestable que es así. Y esto ha hecho que muchas marcas busquen su cara famosa. Pero como decía, siempre me pareció que esa
estrategia tenía una
vuelta peligrosa. La marca se aprovecha de la fama de un tercero para seducir a sus fans (más o menos fervorosos). Pero a cambio la marca se vincula a esa cara para lo bueno y para lo malo sin ningún control. Que los aficionados del
R. Madrid boicoteen a
MacDonald’s por llevar la imagen de
Maradona estaría en los cálculos de la marca allá por los años 80. Pero que las declaraciones del
youtuber @JPelirrojo con relación a la muerte del torero
Víctor Barrio provoquen una reacción similar contra
Nestlé probablemente no.
Nestlé ha reaccionado rápidamente y se ha desvincula de su cara con lo que los
boicoteadores iniciales supongo que se darán por satisfechos. Pero me temo que llegados a este punto es imposible que no pierda. Porque la reacción es en cadena. Los
antitaurinos inmediatamente también han propuesto un
boicot a la marca por ceder a la presión de sus opositores. Quizá esté yo infravalorando a los estrategas de marketing de la marca pero parece imposible que tengan calculado un
plan B que pueda evitar el daño, y mucho menos obtener un
rédito en cuestión de imagen por su rápida reacción. Sin duda es un juego arriesgado. No es fácil de medir, pero en casos
como el de Tiger Woods las cuentas son impactantes. Quizá los
papeles de Panamá pasen factura también a los audífonos. El tiempo dirá…